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Muerte de Liam Payne: dos imputados irán a juicio oral por suministro de estupefacientes

Apedido del titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°14, Andrés Esteban Madrea, los dos imputados procesados con prisión preventiva en el marco de la causa en la que se investigaron las circunstancias de la muerte de Liam James Payne, el músico británico de 31 años que falleció el 16 de octubre pasado cuando cayó de un balcón del hotel del barrio porteño de Palermo donde se hospedaba, irán a juicio oral acusados del delito de suministro oneroso de estupefacientes.

Se trata de Braian Nahuel Paiz (25), quien conoció a Payne trabajando como mozo en un restaurante del barrio porteño de Puerto Madero, y Ezequiel David Pereyra (24), quien era empleado del Hotel Casa Sur de Palermo donde hace ocho meses falleció el exintegrante de la banda One Direction, tras caer del balcón de la habitación 310, en un probado estado de intoxicación con cocaína, alcohol y psicofármacos.

El fiscal solicitó que ambos sean juzgados por “suministro de estupefacientes a título oneroso, reiterado en dos oportunidades para cada uno y que en ambos casos las dos entregas concursan materialmente entre sí”. Este delito especificado en el artículo 5 inciso “e” de la Ley N°23.737 de Estupefacientes, prevé una pena de 4 a 15 años de prisión.

Madrea requirió el juicio oral en un dictamen de 212 páginas presentado el 25 de abril pasado que fue aceptado por la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°34, la jueza Laura Bruniard. La causa quedó entonces radicada por sorteo ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°30.

Sin embargo, el 20 de mayo último, uno de sus miembros, el juez de cámara Sergio Adrián Paduczak, declaró la incompetencia de ese tribunal y ordenó remitir las actuaciones a la Cámara en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que se sortee en ese fuero, al argumentar que habiendo quedado ya delimitada correctamente la acusación para este caso como «suministro de estupefacientes», dicho delito ya fue transferido para su juzgamiento a la órbita del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires.

Los hechos

Al describir las conductas de los imputados, el fiscal le atribuyó a Paiz “el haber entregado estupefacientes, precisamente cocaína, mediante precio, el día 14 de octubre de 2024, a las 03:24 hs., para que Liam James Payne la consumiera en el transcurso de su estadía en el hotel Casa Sur Palermo ubicado en la calle Costa Rica 6032 de esta ciudad e incluso lo acompañó a la habitación N° 310, ingresando con él a la misma, entre las 03:25 y 08:15 horas de salida”.

En relación al segundo suministro que le imputa, explicó que ese mismo día, pero “entre las 10:03 y las 10:44”, le entregó también cocaína a cambio de dinero cuando “Liam James Payne se apersonó en la calle Agüero 441 de esta ciudad -domicilio de Paiz-, trasladándose en un taxi y regresando al hotel”.

En el caso de Pereyra, le endilgó “haber entregado estupefacientes, precisamente cocaína, mediante precio, una vez el día 15 de octubre de 2024, a las 03:25 hs. de la madrugada, y la siguiente el 16 de octubre de 2024, entre las 15:30 y 16:00 hs., para que Liam James Payne la consumiera en el transcurso de su estadía en el hotel Casa Sur Palermo”.

Madrea sostuvo que “se comprobó que Liam Payne procuró conseguir cocaína a través de empleados del hotel y otras personas, lo que consiguió -previo requerimiento- en al menos cuatro oportunidades (tal el motivo por el que Pereyra y Paiz son requeridos) a partir del dinero suministrado por su manager”.

El requerimiento detalla que a las 17.10 del 16 de octubre último se recibió desde el hotel un llamado a la línea de emergencias 911 en el que se alertaba que una persona -Payne-, que se había arrojado al vacío y caído al patio interno del restaurante Sacro, ubicado en la planta baja del establecimiento.

Foto: MPF

El fiscal detalló que de la autopsia surgió que “el deceso se produjo a causa de politraumatismos y hemorragia interna y externa” y que “se determinó además que presentaba alcohol etílico en concentración de hasta 2.7 gramos/litro, cocaína, metilecgonina, benzoilecgomina, cocaetileno y sertralina”.

En la ampliación de sus consideraciones médico legales, los tanatólogos del Cuerpo Médico Forense que hicieron la autopsia indicaron que “los resultados toxicológicos permiten informar que el fallecido consumió cocaína con vía de ingreso nasal (esnifeada) e inhalatoria (fumada)”, que la presencia de esa droga “sin metabolizar y metabolitos de cocaína en sangre, humor vítreo y orina permiten informar que el consumo se produjo desde por lo menos 72 horas previas a la muerte, y hasta pocos minutos antes de su fallecimiento”.

También concluyeron que “no puede descartarse que, con los hallazgos toxicológicos obtenidos durante la autopsia, los mismos tienen la idoneidad suficiente como para producir un estado de alteración mental capaz de producir el desorden y los destrozos observados en la habitación Nº310”.

Las pruebas

La extracción forense sobre los teléfonos secuestrados -entre ellos el del propio Payne-, el análisis de las cámaras de seguridad del hotel y de otros sitios y las declaraciones testimoniales son los elementos sobre los que el fiscal basó su imputación y reconstruyó los cuatro eventos en los que, según su acusación, Paiz y Pereyra le proveyeron cocaína el cantante británico.

“Cabe destacar que en virtud de lo que surge del teléfono celular secuestrado a quien en vida fuera Liam James Payne, fue dable establecer que el aquí acusado Paiz entregó estupefacientes por dinero al nombrado para su consumo, al menos dos veces”, afirma Madrea y reproduce en el requerimiento un intercambio de mensajes correspondientes a la madrugada del 14 de octubre, donde el cantante le pide al imputado “4gs” o “5gs” (gramos), y el mozo respondió una hora más tarde que había conseguido tres gramos con la frase en inglés: “I think I got to 3”.

A su vez, Paiz le envió al músico diversas fotografías relacionadas a estupefacientes, entre ellas una de una bolsa plástica transparente con un polvo blanco, tras lo cual acordaron que el mozo vaya al Hotel Casa Sur, donde el imputado llegó a las 3:24 de la madrugada, según los registros de la cámara de seguridad.

“Lo expuesto demuestra entonces que el imputado Paiz, a requerimiento de Payne, se apersonó en el hotel en cuestión, permaneció en su habitación, ocasión en la que le entregó cocaína al nombrado, hasta que se retiró alrededor de las 08:15 hs”, detalla el fiscal.

También dio por acreditado que “después de ese encuentro, alrededor de las 08:50 hs., comenzaron a coordinar una nueva entrega de sustancias” que, según la investigación, se dio luego de que Paiz le informara que había conseguido “3G” (gramos), le envió fotografías del estupefaciente y le dio la dirección de su casa en la calle Agüero al 400 del barrio porteño de Balvanera-, hacia donde Payne se dirigió en un taxi que abordó a las 10:03 y con el que regresó al hotel a las 10:44.

Incluso, ese día mantuvieron otro intercambio de mensajes relacionado a otra posible transacción por cocaína:

  • 10:28:18 hs. (Paiz): Me acaba de contestar el de la pura, para luego si quieres.
  • 10:28:47 hs. (Paiz): Saludos, nos vemos cuando puedas, bebé.
  • 20:26:30 hs. (Payne): Tengo 100 dólares estadounidenses.
  • 20:26:56 hs. (Payne): Fiesta.

Madrea sostuvo que “se comprobó que Liam Payne procuró conseguir cocaína a través de empleados del hotel y otras personas, lo que consiguió -previo requerimiento- en al menos cuatro oportunidades (tal el motivo por el que Pereyra y Paiz son requeridos) a partir del dinero suministrado por su manager”.

Respecto al segundo imputado, Madrea sostuvo que, al igual que Paiz, “se ha podido reconstruir fehacientemente que Ezequiel David Pereyra en dos ocasiones, durante la estadía de quien en vida fuera Liam James Payne, le entregó estupefacientes al nombrado, precisamente cocaína”.

Según el requerimiento, las pruebas que lo incriminan son los testimonios brindados por cinco empleados del Hotel Casa Sur -donde Pereyra trabajaba- así como las imágenes fílmicas reunidas y anotaciones detectadas del domicilio del acusado en el celular de Payne.

Uno de los testigos que más lo comprometieron fue el jefe de mantenimiento general del hotel quien declaró que alrededor de las 21 del 14 de octubre se encontró con Pereyra en un ascensor, vio que tenía un billete de 100 dólares en la mano y cuando le preguntó si era una propina y quién se la había dado, contestó que tenía que “hacer un mandado para un huésped” que luego le aclaró era “traer droga”.

A las 2:30 ya de la madrugada del 15 de octubre, Payne le solicitó al recepcionista del hotel un taxi para una dirección -la calle Homero al 2800 del partido bonaerense de Lomas de Zamora, el domicilio de Pereyra-, porque “alguien le tenía que traer algo”.

A partir de la declaración del chofer del auto de la aplicación Cabify que hizo el viaje, y de las imágenes de las cámaras de seguridad de las afueras del hotel, la fiscalía determinó que Pereyra llegó a las 3:25 a la puerta del hotel, se encontró en la calle con Payne y ambos caminaron hacia la esquina de Costa Rica y avenida Dorrego, donde una cámara captó que el imputado tenía “algún tipo de envoltorio en una de sus manos, lo que guarda plena correlación con la imputación que aquí se le atribuye”, describió Madrea.

Aparte de esa entrega, el fiscal le atribuye a Pereyra “otra entrega de estupefacientes” ocurrida entre las 15:30 y las 16 del mismo 16 de octubre, es decir, poco más de una hora antes de que cayera por el balcón.

Madrea sostuvo que ello se encuentra corroborado por “los contundentes dichos” de un técnico informático que trabaja para el hotel y esa tarde compartió un viaje en ascensor con Payne y por las filmaciones de las cámaras de seguridad del hotel.

El técnico -que habla inglés-, declaró que al llegar a un subsuelo Payne se puso a hablar desde dentro del ascensor con Pereyra que estaba acomodando unas sillas y allí escuchó que el músico le decía: “Hey man, I will need another seven grams more for today”, lo que significa que iba a necesitar “siete gramos más para hoy”, en referencia a algún estupefaciente.

En el requerimiento, el representante del MPF detalló que esa entrega de droga se concretó alrededor de las 15:45, en el pasillo del tercer piso donde las cámaras captaron la llegada de Pereyra en el ascensor y el intercambio.

Paiz y Pereyra fueron procesados con prisión preventiva en diciembre pasado por la jueza Bruniard, por el delito por el que ahora serán juzgado, lo que fue confirmado el 19 de febrero último por la Sala 4 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal.

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