Con temperaturas que rozan lo polar y al menos siete muertes en apenas semanas, el gobierno uruguayo decidió activar una alerta roja por frío extremo. La medida habilita a las autoridades a realizar evacuaciones obligatorias de personas vulnerables que se encuentren a la intemperie.
El ministro de Desarrollo Social, Gonzalo Civila, se comunicó con el presidente Yamandú Orsi. Le informó del fallecimiento de un hombre de 48 años que vivía en la calle, en silla de ruedas, y que había sido encontrado sin vida en una estación céntrica de Montevideo. Fue la séptima muerte en menos de un mes vinculada al frío.
Desde fines de mayo, Uruguay registró al menos otras seis muertes de personas sin techo: dos en Rivera (una por tuberculosis no tratada y otra bajo un puente), una en el Buceo (Montevideo), otra en un refugio del Mides en Artigas, una en Salto (en una carpa cerca del río), y la más reciente en Treinta y Tres, donde un hombre fue hallado muerto en una carpa en el Parque del Río Olimar.
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Horas más tarde, y tras una reunión de urgencia con varios ministros y autoridades del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), el gobierno activó una alerta roja nacional por frío extremo. En el encuentro estuvieron: el ministro Civila; la ministra de Defensa, Sandra Lazo; el ministro del Interior, Carlos Negro; la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg; el director del Sinae, Leandro Palomeque, y el presidente del prestador estatal de salud, Álvaro Danza.
La medida habilita a equipos del Estado a realizar evacuaciones obligatorias de personas en situación de vulnerabilidad que permanezcan a la intemperie. «La alerta nos habilita a evacuar obligatoriamente a personas y animales en situación de vulnerabilidad», explicó Palomeque. La evaluación del estado de alerta se realizará diariamente, en función de las condiciones meteorológicas.
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El Ejecutivo habilitó además tres nuevos centros de evacuación, con más de 1.000 cupos adicionales, que se suman a los 32 refugios gestionados por el Ministerio de Desarrollo Social. Algunos de los nuevos espacios funcionan en gimnasios de la Policía y del Ejército. También se reforzó el patrullaje callejero, con equipos que trabajan en duplas para identificar y asistir a personas que estén a la intemperie.
Pese a la gravedad de la situación, la alerta no interrumpe las actividades escolares ni restringe la circulación, como sí ocurre en otras emergencias, y se focaliza exclusivamente en la población vulnerable ante el frío.
Según Civila, solo en Montevideo, unas 1.400 personas dormían cada noche en refugios antes de la alerta. Con la medida, se sumaron más de 260 personas en los centros de evacuación abiertos el lunes. En el interior del país, el Mides dispone de alrededor de 800 cupos, tras ampliaciones realizadas en el marco del Plan Invierno.
Muertes por frío en Uruguay: «Una situación de crecimiento sistemático de la población en situación de calle»
«Lamentablemente esto obedece a una situación de crecimiento sistemático de la población en situación de calle. Pero hemos garantizado, a través de esta medida, que ninguna persona que solicite un cupo y le sea asignado quede afuera del sistema. Eso para nosotros es muy importante», enfatizó Civila.
El ministro uruguayo explicó que esta medida se tomó porque era necesario «complementar el sistema con una herramienta que permitiera actuar» frente a las situaciones de riesgo para las personas que permanecen a la intemperie. «Ya no solo ante situación médica como establece la Ley de Internación Involuntaria, sino por la sola configuración de riesgo que implica las bajas temperaturas», explicó.
Civila subrayó que el frío genera «muchos riesgos para personas que están a la intemperie y que tienen problemas de salud» debido al «deterioro» que ha provocado la vida en la calle durante años. «Ante un anuncio de frío extremo y la situación de mucha gente que no quiere retirarse de los lugares, no encontramos otra vía que recurrir a esta forma», explicó.
El ministro remarcó que en ciertos casos se actuó como en una evacuación por inundaciones. “No es una medida que resuelva el problema de fondo, pero es necesaria para proteger la vida”, expresó. Aclaró, además, que las personas no quedan privadas de su libertad: pueden retirarse de los centros durante el día, aunque se procura que pasen la noche bajo resguardo.
El presidente Orsi, por su parte, reconoció en una entrevista que, aunque la muerte de personas en situación de calle es un riesgo conocido en invierno, no deja de ser impactante. “Sabés que puede pasar, pero igual te golpea”, dijo.
RM/LT