La actividad económica muestra una robusta expansión y, tras el desembolso del Fondo Monetario Internacional, las reservas se han recuperado con fuerza. Así lo señala el último informe sobre Argentina del banco J P Morgan.
Este paper fue dado a conocer el pasado 3 de julio, tan sólo unos días después de que el influyente banco de inversión modificara su estrategia para los activos argentinos, aconsejando desarmar posiciones en pesos debido a factores estacionales y políticos que afectan al mercado de cambios.
En el informe dado este mes, la entidad mantiene su pronóstico de crecimiento anual de 5,3% para 2025 aunque deja abierta la posibilidad de que el aumento sea superior.
El documento señala que el rojo de la cuenta corriente de la balanza de pagos se redujo tras la implementación del nuevo marco de políticas el 11 de abril (flotación cambiaria). Registró un déficit de 100 millones de dólares en mayo, contra 600 millones el mes anterior y 1.500 millones de desequilibrio promedio en el primer trimestre del año.
El principal factor que impulsó esta mejora fue el aumento de los flujos de exportación al mercado oficial de divisas (800 millones de dólares en el mes). El trabajo destaca que, si bien la eliminación del esquema cambiario combinado de exportaciones 80/20% a mediados de abril fue la principal causa detrás del aumento de las entradas de exportaciones, además las ventas externas vienen en aumento.
En cuanto a los servicios, se sostiene que también se redujo el desequilibrio, pero puntualiza que el rojo en lo que va del año “se situó en unos considerables 5.100 millones de dólares, ampliándose en 4.200 millones de dólares desde el mismo periodo del año anterior”. Explica que esto se debe fundamentalmente a las salidas de turismo “en medio de un peso fuerte y una recuperación real de los ingresos”.
El paper indica que “después del fuerte superávit observado el último mes por el desembolso del FMI, la cuenta financiera volvió a aterrizar nuevamente en terreno negativo, en 2.000 millones de dólares comprados con los menos 300 millones promedio del primer trimestre 2025”.
Este desequilibrio se explica principalmente por compras de activos externos del sector privado no financiero. Tras el levantamiento de las restricciones que tenían los particulares para acceder al mercado oficial de divisas, las compras llegaron a 3.200 millones de dólares, la cifra más elevada desde agosto de 2019 (entre 2016 y 2019, el promedio mensual fue 1.800 millones de dólares).
Esta salida fue compensada en parte por un aumento de los préstamos en dólares por 1.300 millones de dólares en el mes, así como por 500 millones de dólares en entradas de organismos multilaterales. Mientras tanto, tanto la inversión de cartera permaneció relativamente débil durante mayo, aunque se espera que aumente en junio tras las recientes emisiones en pesos por 1.500 millones de dólares que fueron suscritas en la moneda norteamericana.
Repunte
El informe de JP Morgan sostiene que “para medir la capacidad de pago externo del Tesoro, el foco está puesto en el corto plazo en el stock de reservas líquidas brutas del Banco Central” (es decir, reservas brutas excluidas las tenencias de oro y el swap otorgado por China). Al observar esta métrica, se destaca que las reservas se han recuperado con fuerza en los últimos meses hasta 16.000 millones de dólares al 23 de junio (último disponible) en comparación con 1.000 millones registrados a comienzos de abril (antes de la modificación del régimen cambiario).
La estimación de reservas netas de este banco (que resta los encajes de depósitos en dólares estadounidenses, líneas swap y otros pasivos) se situaron en menos 3.900 millones de dólares, recuperándose respecto de los menos 7.200 millones a fines de mayo.
Esta recomposición en el último mes fue impulsada por una operación repo por 2.000 millones con bancos internacionales y 1.500 millones de dólares en emisiones de pesos (suscritas en la divisa estadounidense). Además, el Tesoro anunció que había comprado 200 millones de dólares en el mercado cambiario oficial.
De esta forma, se señala que los depósitos del Tesoro en el BCRA ascienden a 4.600 millones, una cifra similar a los 4.300 millones en pagos de capital más intereses que vencen el 9 de julio.
De cara al futuro, J P Morgan considera que las continuas entradas de capital a la cuenta financiera (tanto en forma de préstamos multilaterales y/o inversión extranjera directa o inversiones de cartera) “siguen siendo clave para la acumulación de reservas, particularmente en la medida en que entramos en el tercer trimestre del año, que se caracteriza por un menor ingreso estacional del agro y una mayor demanda de dólares debido a las vacaciones de invierno esta vez impactada, además, por las elecciones de medio término”.