Mientras desde el Hospital José María Cullen, donde Alejandra “Locomotora” Oliveras sigue internada en estado muy delicado y en terapia intensiva tras haber sufrido un ACV, informaron que “las próximas 24 horas de evolución son cruciales, los expertos en neurología invitan a repensar la prevención: “Muchos ACVs, tratados en las primeras horas, pueden marcar la diferencia entre recuperarse o sufrir consecuencias irreversibles”.
“La exboxeadora y actual concejala constituyente”, informó el doctor Bruno Moroni, director del Hospital, “se encuentra clínicamente estable, pero en estado muy crítico y con pronóstico reservado”.
Alejandra «Locomotora» Oliveras continúa en «estado crítico» tras la cirugía de urgencia
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El profesional recordó que “fue sometida a una craneotomía descompresiva de urgencia, debido a un edema cerebral severo. Se encuentra con asistencia respiratoria mecánica y bajo inconsciencia inducida”.
Además, explicó que “las tomografías mostraban un aumento del edema alrededor de la lesión del infarto, lo que generaba una compresión sobre otras áreas del cerebro”, resumió el médico.
Por su parte, el doctor Matías Alet, director de Neurología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública (FISP), advirtió que “cuando ocurre un ACV, cada minuto cuenta. El caso de “Locomotora” refleja una realidad crítica: cuando no se actúa a tiempo, las consecuencias pueden ser irreversibles”.
Presentaron un autotest en la web que sirve para detectar rápidamente si una persona tuvo un ACV
Alet, neurólogo especializado en neurología vascular de la Fundación, repasó el caso de Alejandra y explicó que “fue internada de urgencia tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). Su caso representa una dura realidad”, dijo el especialista. Y recordó que “muchos ACV no se tratan a tiempo, y eso marca la diferencia entre recuperarse o sufrir consecuencias irreversibles. El tejido cerebral, sin oxígeno, comienza a morir desde el primer instante. Cuanto antes se actúe, más chances hay de salvar vías neuronales esenciales para hablar, moverse o pensar.
Alet detalló que, según se sabe, “se trató de un ACV isquémico extenso: una arteria cerebral se tapó, provocando una falta de oxígeno importante que dañó parte del cerebro. Al llegar al hospital ya no era posible aplicar tratamientos para disolver o extraer el coágulo. En su lugar, los médicos debieron intervenir quirúrgicamente para aliviar una hinchazón (edema) grave dentro del cráneo. Esta cirugía, conocida como craniectomía descompresiva, consiste en retirar una parte del hueso craneal para reducir la presión que ejerce el edema sobre el cerebro. Sin esa maniobra, el daño habría sido aún más crítico”.
Los desafíos médicos que plantea un ACV
Más allá de este caso puntual, los ACVs, en general, constituyen un desafío sanitario de enorme magnitud en Argentina. Alrededor del 2 % de los adultos mayores de 40 años conviven con secuelas tras un ACV, lo que implica a unas 340 mil personas en todo el país. En promedio, se producen entre 40 mil y 60 mil nuevos ACV por año, con más de 18 mil muertes asociadas.
El ACV es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en la Argentina.
Cómo reconocer los síntomas del ACV
Los síntomas suelen aparecer de forma repentina: debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, desviación facial, dificultades para hablar o entender y, en algunos casos, mareos intensos o visión borrosa. Frente a estos signos, lo crucial es actuar sin demora: si se consulta dentro de las primeras horas desde el inicio, que es donde aún puede aplicarse tratamiento que detiene o reduce el daño cerebral.
Por el contrario, cuando se llega tarde, el único camino es manejar las complicaciones y cuidar la zona afectada.
¿Se puede prevenir un ACV?
Alet subraya que el ACV se puede prevenir. Se estima que más del 80 % de los ACV están ligados a factores que podemos controlar: presión alta, tabaquismo, sedentarismo, aumento del colesterol y la glucemia, entre otros.
Adoptar hábitos saludables (como medir la presión regularmente, mantenerse activo, alimentarse bien y evitar fumar) reduce drásticamente el riesgo.
EG/EM