La meseta convulsionada que atraviesa la institución del parque en todos los planos, supone que La ley de Murphy se cumple a rajatabla: “si algo puede salir mal, saldrá mal”
Por Juan Pablo Sarkissian
Jugar casi 70 minutos con un hombre menos y empatar un partido en un fútbol de alta competencia, es en todos los tiempos, pero mucho más en la actualidad, un hecho para destacar.
Sin embargo, el análisis debe superar lo lineal. El equipo en inferioridad no juega solo, con lo cual expone a su oponente por sus carencias. Pero, el fútbol es un juego que permite ciertos actos que no encuentran cierta lógica y se explican por “circunstancias de juego”.
Hemos hablado del rol de los árbitros y que ahora sumo el VAR. Para bien o para mal son variables difíciles de mensurar.
Después de cientos de repeticiones dio la sensación que la infracción de Ever Banega era más roja que la cometió el pibe Luca Regiardo, sin embargo, el expulsado fue Regiardo (afortunadamente).
Imposible saber que hubiese sucedido, aunque a priori se podría sostener que el daño ocasionado seria doble.
Así las cosas, lo que se pone de manifiesto es que la tecnología no resuelve la interpretación de un fenómeno, sólo lo muestra.
¿Es mano del jugador de Central Córdoba de Santiago del Estero en el gol del empate?
Tal vez habría que evitar la indignación fácil y, una vez más, evaluar la calidad del juego, las virtudes, la propuesta.
En este sentido, la presentación de Newell’s el viernes por la noche fue pobre. Insólitamente (o no tanto) jugo mejor con 10 jugadores que 11 contra 11 en la anterior presentación de local contra Banfield. Y no hablamos de resultado. Hablamos de juego.
Pero la meseta convulsionada que atraviesa Newell’s, tanto en lo deportivo como en lo institucional, supone que La ley de Murphy se cumple a rajatabla: “si algo puede salir mal, saldrá mal”.
La sensación de los hombres y las mujeres que abarrotaron el Coloso Marcelo Bielsa el viernes por la noche fue de amargura y desazón, porque las circunstancias y las leyes no escritas del futbol así lo imponen.
El partido, otra vez, comenzó con un fuerte y masivo repudio a la actual Comisión Directiva con el recurrente “Andate (Ignacio) Astore” y el Coloso presentó algunas curiosidades:
- Se invirtieron las banderas en las populares. En efecto, la que dice “El mas grande del interior del Pais” estuvo sobre la popular Diego Maradona y la que da cuenta de “Los Leprosos” se mudo a nueva tribuna Leo Messi. ¿Mensaje? ¿Para quién o quiénes? ¿Acuerdo? ¿entre quienes?
- Además de la agresión al árbitro Andrés Merlos, al termino del partido no abrieron las mangas; ni la del equipo visitan ni la de los árbitros. Raro.
- El técnico leproso Cristian Fabbiani sólo realizo dos cambios en el partido del viernes último, lo cual es decisión estratégica que seguramente podrá fundamentar independientemente lo opinión de la tribuna. Lo curioso es que los refuerzos no juegan. ¿Por qué será? Este cronista no comulga con miradas conspirativas, pero arriesga una respuesta provisoria: Tal vez las incorporaciones sean de menor jerarquía que los pibes de las divisiones inferiores y el técnico decide no exponerlos. ¿Y entonces? Con todo, hay dos nombres propios que echan por tierra este supuesto. ¿Qué sucede con Darío Benedetto y Gaspar Iñíguez, jugadores que Fabbiani dijo públicamente que pidió su contratación? Lo surge del relato oficial es que están lesionados. Otra vez, ¿contratamos jugadores lesionados?
- Queda pendiente el capitulo institucional el cual merece un desarrollo particular que en breve intentaremos plasmar. Sólo decir, por ahora, que 14 de diciembre hay elecciones para elegir una conducción Newell’s y el panorama es tan convulsionado como el deportivo.
- Queda un interrogante mas ¿Cómo impactan en lo jugadores estas circunstancias? Por ahora sólo Banegas da la cara por todos. Acompañado por muy pocos y son pibes: el mencionado Regiardo y David Sotelo.
Este miércoles, por Copa Argentina, hay un partido definitorio. No existe ningún indicio que el estado de cosas cambien radicalmente, sólo queda confiar en las circunstancias del juego.
A cruzar los dedos y tocar madera