La Canasta Básica Alimentaria alcanzó los $152.747 y la Canasta Básica Total llegó a $422.152, con aumentos concentrados en verduras, tubérculos, carnes y bebidas, según el último informe de la Usina de Datos de la UNR
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) en Rosario alcanzó en julio los $152.747, con un incremento del 3,3% respecto de junio, de acuerdo con el último informe de la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). El aumento estuvo impulsado principalmente por el encarecimiento de alimentos frescos, como raíces y tubérculos (+37,4%) y verduras y hortalizas (+9,9%).
También subieron bebidas y jugos (+5,2%) y carnes (+3,2%), mientras que bajaron azúcares y dulces (-7,1%), lácteos (-3,7%) y el pan (-1,2%). Estas bajas moderaron el aumento total, aunque no alcanzaron para compensar el alza de los productos de consumo cotidiano.
La Canasta Básica Total (CBT), que incorpora además de alimentos otros gastos como transporte, vivienda, salud y educación, llegó a $422.152 en julio, con la misma variación del 3,3%. Este resultado se explica porque el Coeficiente de Engel se mantuvo estable en 2,76, lo que refleja que los precios de los bienes y servicios no alimentarios no presionaron sobre el cálculo en este mes.
En la comparación interanual, la Usina de Datos estimó que las variaciones se ubican en un rango de entre 9% y 10,6%, según el tipo de hogar considerado.
El relevamiento detalla cómo la composición familiar y la condición habitacional determinan diferencias significativas en el costo de vida. La familia tipo de cuatro integrantes con vivienda propia (Hogar II) registró la CBT más elevada, de $1.255.033. El número se explica por el tamaño del hogar, aunque se ve atenuado por la propiedad de la vivienda.
En el caso de un hogar monoparental encabezado por una mujer con dos hijos y sin propiedad (Hogar III), la CBT llegó a $1.021.214, unos $40.000 más que en junio. El informe señala que allí inciden con fuerza tanto el costo habitacional como los gastos de cuidado infantil.
Entre los adultos mayores, la pareja propietaria (Hogar IV) presentó una CBT de $611.864, menor en términos absolutos por no incluir alquileres y por los menores requerimientos calóricos de este grupo etario. Sin embargo, la Usina advierte que en estos hogares los gastos en salud tienen un peso mayor que en otros casos.
El hogar conformado por dos jóvenes varones sin propiedad (Hogar V) mostró una CBT de $960.529, reflejo del impacto del alquiler en grupos pequeños que no pueden compensar con economías de escala.
Por último, un adulto solo con vivienda propia (Hogar I) necesitó $354.415 para no caer bajo la línea de pobreza. Aunque es el valor más bajo entre los casos analizados, representa un umbral significativo al compararlo con el salario mínimo vital y móvil.
Según el informe, estas diferencias revelan que la línea de pobreza no es un indicador único: varía según el tamaño y la composición del hogar, la etapa de vida de sus integrantes y la tenencia de la vivienda.