Más de 2 millones de hectáreas en la provincia de Buenos Aires están afectadas por inundaciones y desde la Confederación de Asociaciones Rurales de la Provincia de Buenos Aires (Carbap) reclaman al gobierno nacional y provincial por la continuidad de obras que se encuentran paralizadas y que podrían haber evitado estas consecuencias.
La entidad informó que en marzo y abril, el epicentro de la inundación se concentraba en los partidos de Bolívar, 25 de mayo, Carlos Casares, 9 de Julio y parte de Hipólito Yrigoyen. Con las lluvias acumuladas en los últimos 60 días el área se fue ampliando hasta 1,5 millón de hectáreas en el centro bonaerense y, si se contempla la totalidad de la cuenca del río Salado, el número supera los 2 millones de hectáreas con graves problemas de anegamiento o inundación.
A ello hay que sumar a aquellos campos que no están inundados o anegados, pero tampoco pueden ser trabajados por falta de piso para la maquinaria o imposibilidad de acceso, por lo que podría haber 3 millones de hectáreas en riesgo de no poder producir.
Proyectan que se sembrará menos soja a pesar de la baja de retenciones
Una de las obras que podría haber evitado estas consecuencias es el Plan Maestro del Río Salado concebido en 1999, cuyas obras comenzaron en comenzó en 2002 y que debería haberse terminado en 2015, pero del que solo se ejecutó la mitad.
Carbap estima que las sucesivas inundaciones desde esa fecha constaron US$ 40.000 millones entre pérdidas evitables y recursos no reinvertidos, ya que la región concentra el 75% del stock vacuno bonaerense, produce más del 70% de los granos de la provincia y genera más del 20% de la producción lechera del país. El costo de la obra a principios de 2000 se estimaba en US$ 2.000 millones.
“Toda la obra le corresponde hacerla a la provincia, pero como es tan grande y compleja porque abarca al 25% de la producción del país, parte de la responsabilidad es de la Nación también”, comentó a PERFIL Pablo Ginestet, secretario de Carbap.
Obras paradas
Según Ginestet, en 2023 con fondos nacionales se estaba ejecutando el tramo denominado 4.2 a través de una empresa que había licitado la provincia. Con la asunción de Javier Milei en diciembre, “Nación dejó de girar los fondos y la obra quedó paralizada. Se estaba ejecutando con dinero del Fondo Hídrico, por eso la pudieron parar”, señaló el dirigente rural.
De todos modos, si se concretara ese tramo, todavía «faltan hacerse las obras más importantes, que son las que sacan el agua de 9 de Julio y Carlos Casares, entre otras localidades, las cuales están en el estudio original pero no hay un proyecto oficial de cómo se tiene que hacer y, por ende, no hay licitación. Por eso decimos que no podemos perder más tiempo con esto, avancemos».
“Como es una obra que no da votos, nadie le presta atención hasta que hay un evento de precipitación que pone al descubierto todo esto”, se lamenta Ginestet.
El ruralista estima de que en el caso de que no puedan sembrarse 2 millones de hectáreas de soja en la próxima campaña, «se podrían dejar de cosechar 6 millones de toneladas de soja, que equivalen a US$ 1.000 millones que dejaría de recibir el país por exportaciones”.