Por José Odisio
No le sobra nada a Newell’s. Ni dentro ni fuera de la cancha. Vive en constante estado de crisis, nervioso, desequilibrado, sin poder estabilizarse futbolísticamente ni tampoco desde el ánimo. Fabbiani pareció ser un buen psicólogo cuando llegó el semestre pasado, pero también se metió en este desconcierto que parece no tener fin.
Hoy desde las 21.15 le toca jugar con Atlético Tucumán por la Liga. Y tras perder el Clásico y con Barracas la obligación de sumar está a la vista. Pero dentro de cinco días se juega una final. El partido con Belgrano por Copa Argentina es por cuartos, aunque es innegable que para el Ogro y el plantel es un mata-mata donde perder sería fatal. Por eso guarda algunos jugadores, o los expondrá menos, aunque tampoco puede darse el lujo de dejar afuera a titulares porque llegarán con poco rodaje al choque del miércoles con el Pirata.
Darío Benedetto, Luciano Herrera y Carlos González serían los futbolistas reservados. En realidad preservados, ya que están al límite desde lo físico. Están concentrados y podrían ir al banco (el Pipa y Cocoliso seguro), pero no estarán desde el inicio.
Por eso Fabbiani probó mucho en estás dos semanas y el once para esta noche es una incógnita. Vuelve Lollo y seguro aparecerá otra vez la línea de cinco. Habrá que ver si Fernández Figueira o Regiardo acompañan a Banega. Y en ataque hay chances para Chiaverano y el paraguayo Colman, el último refuerzo que debutaría con la rojinegra.
El once sería con Juan Espínola; Alejo Montero, Luciano Lollo, Fabián Noguera, Víctor Cuesta y Alejo Tabares; Ever Banega y Fernández Figueira; Josué Colman, Giovani Chiaverano y Gonzalo Maroni.
Newell’s necesita los puntos para no empezar a mirar la parte de abajo de la tabla, esa que provoca miedo y paraliza. Pero es imposible dejar de lado que el miércoles se juega mucho. Por eso sumar hoy puede ser el empujón anímico que necesita para salir, aunque sea un rato, de el estado de crisis constante en el que vive.