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La trama secreta del escándalo de los audios que inquieta a los Milei

La causa de los audios de Diego Spagnuolo, y sus más actuales y posibles derivaciones, aturden al Gobierno aún desorientado tras la derrota electoral en Buenos Aires.

Las novedades que surgen, y surgirán, de esta pesquisa sobre una posible trama de corrupción con sede en Casa Rosada mantienen en absoluta tensión a la primera línea del funcionariado. Los Milei, los Menem, y más. Pero varios otros miembros de las diferentes “familias” que componen la Libertad Avanza (LLA) podrían terminar involucrados en el escándalo. Nombrados, como mínimo. La dirigencia y los funcionarios intentan escapar de esa “mancha venenosa”.

El temor excede al desarrollo del expediente que instruyen el fiscal Franco Picardi y el juez Sebastián Casanello.

Un ejemplo: la vicepresidenta Victoria Villarruel fue una de las mejores amigas de Spagnuolo. Si bien apareció un video de origen desconocido en el que se los ve cenando juntos, el nombre de la titular del Senado podría figurar en las entradas y salidas del barrio cerrado en Pilar, donde el ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) recibía a sus visitas más queridas.

Villarruel no hizo declaraciones sobre el tema. Pero podría -de golpe- verse involucrada en un interrogante que genera pavor entre muchos otros libertarios que por ahora callan lo que conocen de esta historia: ¿Fue Villarruel otra de las personas a las que Spagnuolo le relató la posible corrupción que decía sufrir en su organismo, comandada, según su versión, por Eduardo Menem, alias “Lule”; y por Karina Milei?

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, había acusado a Villarruel de ser la ideóloga de la “operación” Spagnuolo. Después tuvo una deferencia con ella: le pidió disculpas y la exculpó de las acusaciones.

Las internas desatadas en las diversas facciones de La Libertad Avanza, por política, negocios, y más aún tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, no solo podrían generar nuevas acciones procesales en la causa judicial de los audios, si no también noticias de impacto.

La dinámica interna del Gobierno ya provocó la difusión de modo informal a la prensa, por caso, de detalles del accionar de Spagnuolo que no están judicializados, según se conoce hasta ahora. La causa permanece bajo secreto de sumario.

Clarín puede confirmar que la división interna de LLA genera lo que suelen provocar las peleas de familias: acusaciones cruzadas entre rivales, y muchas de ellas giran alrededor de Spagnuolo y sus relaciones de afinidad con lo más alto del poder argentino.

Fueron muchos los dirigentes que conocieron en su momento de apogeo al verborrágico ex titular de la ANDIS. El exfuncionario habló sin cuidado y frente a varios interlocutores con poder de la supuesta organización para cobrarle coimas a droguerías proveedores del ente que fue creado para mejorar la vida de los discapacitados argentinos. Spagnuolo era, además, abogado del presidente Javier Milei y uno de sus visitantes más frecuentes en la Quinta de Olivos.

La Justicia indaga sobre rastros firmes del esquema posiblemente ilegal que se conoció por los audios del principal acusado, por el momento, de haber permitido esas irregularidades en ANDIS, el mismo Spagnuolo.

Qué contó Cerimedo ante el fiscal

El jueves por la noche, la causa judicial sobre esta trama volvió a estremecer a la Casa Rosada. El fiscal Picardi convocó a declarar como testigo al ex asesor en medios digitales de la campaña presidencial de Milei, Fernando Cerimedo, todavía afín a LLA. Cerimedo declaró bajo juramento de decir la verdad.

De acuerdo a fuentes que conocen los detalles del caso, Cerimedo negó haber grabado los audios de su ex amigo Spagnuolo, pero aportó detalles que ahora constan como pruebas testimoniales en el expediente.

Según el testigo, conoció a Spagnuolo por intermedio de Milei en el 2023. Y mantuvo una relación de amistad con él hasta que el funcionario despidió a su esposa, Natalia Basil, del cargo de directora del Área de Apoyos y Asignaciones Económicas del organismo. Ella se fue en malos términos con quien era su jefe. En caso de que la citen a declarar como testigo en la Justicia, irá. Afirman en su entorno que no supo de delitos, pero sí de planes y trámites gubernamentales mal realizados.

Clarín pudo saber que Cerimedo declaró ante el fiscal del caso audios que durante “meses” Spagnuolo le confesó que en el ANDIS se cometían negocios supuestamente ilegales con los medicamentos, que la plata sucia venía de droguerías de primera línea, como la Suizo Argentina, la principal acusada en esta causa, que vio crecer su facturación alrededor de 2.700 por ciento más en la gestión de Milei.

Cerimedo aportó otra versión a la que da Spagnuolo en sus audios: afirmó que lo escuchó decir varias veces que él quería ser parte de esa trama se supone delictual, pero que “Lule Menem” lo resistía: “Él es parte del sistema, es más, es quien abre la puerta a las empresas que aceptaron pagar sobornos para que el Estado les compre medicamentos”, y agregó, palabras más, o menos: «Era la cabeza de todo, decidía quién entraba y quién no en esos negociados».

Cerimedo agregó que fue Spagnuolo el que le dijo que “Lule” controlaba la relación con las empresas farmacéuticas.

Y declaró ante la Justicia que, según el ex titular de ANDIS, la plata negra de esas compras, tal vez con sobreprecios, se elevaba hacia la Casa Rosada: “Le dije varias veces que tomara todos los recaudos posibles. Para colmo, yo le dije que podría complicarse porque él es abogado”.

Siempre según el relato de Cerimedo, afirmó ante la Justicia que incluso Spagnuolo conocía lo que serían muchos más negocios de Menem, que describió como irregulares, pero no pudo precisar cuáles eran. Calificó a Spagnuolo de “inestable” que, para colmo, “le contaba cosas a todos el mundo”.

No minimizó los hechos de supuesta corrupción que conoció de boca del exfuncionario a pesar de que lo describió de ese modo, y hasta dijo que en ocasiones era “errático”.

Incluso ofreció una hipótesis de por qué Spagnuolo lo acusó de haberlo grabado para después difundir los audios en los medios: “Está desesperado”. Pero insistió en negar cualquier vinculación con la grabación de los audios.

De acuerdo a Cerimedo, Spagnuolo logró su objetivo cuando era funcionario y comenzó a recibir un porcentaje de las posibles coimas. Había entrado “al sistema”.

Inquietud en la interna libertaria

La paranoia invade a toda la dirigencia libertaria que tuvo trato con Spagnuolo. Algunos están más preocupados que otros.

Clarín supo de inmejorables fuentes oficiales que, antes de entrar al “negociado” de las compras, Spagnuolo quiso cortarse solo en la trama delictiva. Según esa versión, las droguerías y clínicas se comunicaron con Eduardo “Lule” Menem para contarle y pedirle explicaciones por el aumento en la “cuota” de la corrupción.

Menem llamó a Spagnuolo para quejarse. Le advirtió que eran acciones intolerables. “Te va a llamar Karina”, afirmaron las fuentes que le dijo antes de cortar el teléfono.

Y así habría sido: “Diego, tenés que hacer lo que te diga Lule”, le ordenó ella, según fuentes muy cercanas a los Milei.

Y así fue. Hasta que se difundieron los audios.

Spagnuolo desapareció y ningun funcionario pudo comunicarse con él. Fue por eso que el Gobierno lo despidió mediante el decreto 599/2025.

En ese texto se hace alusión a Ley de Ética Pública y al buen comportamiento que deben tener los funcionarios. El Gobierno usó la misma disposición presidencial para expulsar del cargo a quien funcionaba como número 2 de Spagnuolo, Claudio Garbellini.

La esposa de Cerimedo se había ido de ANDIS varios meses atrás. Si la Justicia la convoca a declarar como testigo, lo hará.

El pánico a aparecer o ser nombrados en audios de Spagnuolo quizás desconocidos hasta ahora es un motivo de desazón entre la dirigencia libertaria. Aunque sea en charlas vanas, no cuestionables.

Clarín pudo saber que la declaración de Cerimedo generó tal impacto en la Casa Rosada que el ex asesor recibió al menos el llamado de uno de los funcionarios nacionales más relevantes: está preocupado por el devenir del Gobierno.

La “caza de brujas” en la Casa Rosada es total. Hay demasiados funcionarios que conocen los detalles de esta historia. Hablaron con Spagnuolo de la supuesta corrupción y callaron. Algunos de ellos se lo confesaron a Clarín.

Ahora temen. Es tarde y podrían ver manchada su reputación o credibilidad.

Pero hay algo que importa más que eso en el Gobierno. Es la posibilidad de que Spagnuolo decida presentarse ante la Justicia como “arrepentido”. Así obtendría beneficios procesales solo si logra ayudar a develar lo que antes usufructuó: una caja de dinero sucio del poder.

Si eso ocurriera, las consecuencias políticas para la Casa Rosada entrarían en una dimensión desconocida.

Las internas feroces entre miembros del oficialismo producen que se viva una sensación parecida al del “sálvese quien pueda”. Paranoia. Shock.

Secretos que dejaron de ser secretos. Funcionarios que hicieron silencio. ¿Tal vez ahora digan lo que antes no? Esta historia no solo se tramita en despachos judiciales.

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