Hablar sobre coqueluche, tos convulsa o tos ferina parece raro en estos tiempos, pero lo cierto es que en el mundo se está dando un incremento de contagios. En la Argentina, distintas entidades de salud advirtieron sobre cuatro casos fatales (niños menores de dos años) en las últimas semanas, y un brote en el sur del país. En lo que va del 2025 los reportes a nivel nacional triplican a los de 2024. El aumento «es sostenido», señalaron desde la Sociedad Argentina de Pediatría. La mayoría de los contagios, en este momento, se da en menores de 5 años y entre ellos, en menores de 6 meses. Pero puede afectar a personas de cualquier edad.
La enfermedad, provocada por una bacteria, se presenta con tos persistente, dificultad respiratoria y vómitos luego de la tos. En general los pacientes no tienen fiebre.
La caída en las tasas de vacunación es una de las principales causas del aumento de casos de un problema de salud que había sido controlado por décadas. En junio de este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó un alerta epidemiológica ante el aumento de diagnósticos de coqueluche en varios países de Latinoamérica, y también por la disminución de las coberturas de vacunación. Lo mismo hizo el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Panorama en Santa Fe y Rosario
En Santa Fe, en 2024 se notificaron 275 casos y se confirmaron 5. En lo que va del año se informaron 121 pacientes sospechosos de tener la enfermedad y se confirmaron diez.
En Rosario, los sistemas de vigilancia en los efectores públicos y privados están muy activos en relación a esta enfermedad desde fines de 2024 cuando hubo, en pocas semanas, tres casos en la ciudad. La tos convulsa, para la que hay vacunas, es muy contagiosa y puede ser mortal si surgen complicaciones. Los síntomas pueden confundirse con algunas virosis, por eso es importante que los profesionales de la salud estén atentos.
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Qué pasa en Rosario
En diálogo con La Capital, Juan Herrmann, médico epidemiólogo y sanitarista, director de Planificación Epidemiológica de la Secretaría de Salud municipal, explicó cuál es el panorama: «Siempre es de esperar que haya algún caso. No estamos en alerta en Rosario, pero si mantenemos la vigilancia. El alerta se da cuando los casos superan lo que se espera para la temporada. Por ahora no está ocurriendo eso en nuestra zona».
«La vigilancia es continua, y estamos dentro de lo esperado. Analizamos la situación todas las semanas, y tenemos alertas en otras jurisdicciones; el objetivo es captar casos a tiempo para evitar que se produzcan brotes», dijo el especialista.
En cuanto a la vacunación, Herrmann instó a las familias a que se acerquen a cualquier vacunatorio para aplicarles a los niños las dosis correspondientes de acuerdo al calendario. Si bien la caída en el cumplimiento no es la única causa del regreso de ciertas enfermedades, «es uno de los grandes determinantes».
«La vacuna está disponible en todos los efectores de la red municipal y provincial. Es una vacuna que debe repetirse tres veces en el primer año de vida y luego requiere refuerzos. En la mujer embarazada se coloca en la segunda mitad del embarazo. Y los trabajadores de salud también deben vacunarse», enfatizó Herrmann.
Algunas alarmas
En 2024 se encendieron las alarmas en la ciudad: un bebé de un mes, cuya mamá no había sido vacunada, tuvo que ser internado en un efector provincial. Una niña de tres años también debió ser ingresada, en este caso a un sanatorio privado rosarino. El tercer paciente fue un chico de 10 años que fue tratado de manera ambulatoria. Todos evolucionaron bien.
Ahora, casi finalizando el mes de octubre de 2025 el foco grande, a nivel país, está en la ciudad de Ushuaia, en Tierra del Fuego, donde se registra un brote de coqueluche desde julio, con 66 casos confirmados hasta mediados de octubre sobre un total de 333 afectados en todo el país, según el Ministerio de Salud de la Nación.
Qué es la coqueluche o tos ferina
La Sociedad Argentina de Pediatría detalla que la coqueluche o tos convulsa es una enfermedad infecciosa, de presentación aguda, causada por la bacteria Bordetella pertussis. La vigilancia epidemiológica, el manejo adecuado de brotes y el mantenimiento de altas coberturas de vacunación «son fundamentales para su prevención».
Es una enfermedad que afecta, en primera instancia, las vías aéreas superiores, y luego progresa hacia la tos. Se caracteriza por una respiración forzada y es habitual que aparezcan vómitos luego de toser. En los lactantes pueden aparecer apneas y un color en la piel característico de la falta de aire. La fiebre no suele ser síntoma principal. En la mayoría de los casos es leve o no hay. Si la persona está vacunada, en general la tos crónica desaparece a los diez días. En casos más graves, en quienes no recibieron vacunas, puede obligar a una internación del paciente.
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Aislamiento y tratamiento
Las personas sintomáticas deben aislarse de los lugares habituales donde desarrollan sus actividades, una vez confirmado el diagnóstico hay que indicar antibióticos, generalmente azitromicina. Pueden ser otros (eritromicina, claritromicina, por ejemplo) pero eso lo definirá el médico, que también determinará el tiempo del tratamiento y dosis.
Se debe administrar la medicación en todos los casos confirmados y en contactos estrechos, cualquiera sea la edad o el estado inmunitario.
Para confirmar la enfermedad, es necesario tomar una muestra de secreciones respiratorias y/o suero. Actualmente la PCR en secreciones nasofaríngeas es el método más utilizado.
Vacunas que la evitan
La coqueluche es una enfermedad grave que se puede evitar con vacunas disponibles en forma gratuita. ¿Cuál es el esquema que protege a chicos y grandes?
El esquema de vacunación tiene tres dosis durante el primer año de vida (2, 4 y 6 meses, vacuna quíntuple celular). Luego requiere refuerzo entre los 15 y 18 meses (quíntuple celular) y a los 5, 6 años (triple bacteriana celular). A los 11 años debe colocarse nuevamente la triple bacteriana acelular.
En cada embarazo también debe colocarse la triple bacteriana acelular que protegerá al bebé hasta los dos meses. Es fundamental que las embarazadas se vacunen porque justamente suele ser una enfermedad más severa en los recién nacidos.
