El dolor no cesa tras la trágica muerte de Thiago Correa, el niño de 7 años que falleció luego de recibir un disparo en la cabeza en medio de un tiroteo entre un efectivo de la Policía Federal y cuatro delincuentes en el barrio Almafuerte, Ciudad Evita, del partido de La Matanza. El hecho generó una profunda conmoción en toda la comunidad, que aún intenta asimilar la pérdida.
En ese contexto, familiares, vecinos, compañeros del colegio y del club de fútbol despidieron al menor, quien fue recordado con inmenso cariño por las personas que compartieron su vida cotidiana.
La despedida del menor fue encabezada por la Comunidad Parroquial Educativa Santa Rosa de Lima, donde estudiaba, y por el Club Defensores Unidos de Tablada, donde jugaba al fútbol. Ambas instituciones expresaron públicamente su profundo dolor y acompañaron a la familia, sumándose a los múltiples mensajes de solidaridad y pedidos de justicia que circulan desde entonces.
La institución educativa expresó: «Con inmensa tristeza y con la esperanza puesta en Jesús, nos unimos a la familia de Thiago en tan profundo dolor. Los abrazamos en la oración, con la certeza de sabernos sostenidos en el amor que no pasará jamás».
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En tanto, la entidad deportiva manifestó: «Con profundo dolor, el club Defensores despide a Thiago Correa, un pequeño gran guerrero de tan sólo 7 años, que formaba parte de nuestra familia deportiva. Thiago luchó con valentía hasta el final, pero una tragedia injusta nos lo arrebató demasiado pronto«, comenzaron indicando.
«Su sonrisa, su energía y su amor por el deporte quedarán por siempre en nuestra memoria. Acompañamos en este inmenso dolor a su familia, seres queridos y compañeros de equipo. Descansá en paz, Thiago. Siempre estarás en el corazón de Defensores», concluyeron.
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Los homenajes incluyeron minutos de silencio, ofrendas florales, murales y publicaciones en redes sociales. En las puertas del colegio y del club, se multiplicaron los carteles con mensajes de amor y recuerdos de quienes compartieron momentos con Thiago, un niño que, según testimonios, se destacaba por su alegría y entusiasmo.
Mientras tanto, la causa está en manos de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en Violencia Institucional del Departamento Judicial de La Matanza, que ya inició peritajes balísticos sobre las armas utilizadas por los agentes y analiza las cámaras de seguridad para determinar con precisión de dónde provino el disparo que mató al menor.
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