Por José Odisio
Keylor Navas ataja. No ataja. Va al banco. Está descompuesto. Se plantó y se quiere ir. Le pidió a Astore que acepte la oferta de Pumas. Su familia no se adaptó y no vuelve. Habló con el Ogro y va a seguir. Se va a reunir con Astore para intentar una salida. Cada una de estas afirmaciones firmaron parte de un domingo complicado para Newell’s en la previa del debut con Independiente Rivadavia. Lo que era una imagen de tranquilidad el viernes, cuando el club subió una foto del arquero «en casa», pasó a ser incertidumbre en la mañana del domingo, cuando se supo que iba a atajar Willy Barlasina. Y ahí comenzó un culebrón que amenaza con tener varios capitulos más.
El desenlace de la historia no es fácil de resolver. Hay verdades y ocultamientos. Hay situaciones familiares, deportivas, económicas, e incluso morales, aunque estás últimas parecen ser las menos importantes. Y la realidad es que Keylor Navas podría irse del Parque, aunque todavía hay mucho por resolver para que eso se concrete. Afirmar que Keylor no atajará más en la Lepra tiene sustento, pero puede ser apresurado. Decir que se quedará hasta fin de año es poco probable, aunque no imposible.
Hay varias certezas. Situaciones en las que todas las partes coinciden. La familia de Keylor Navas no regresará a Rosario. Eso estaba resuelto antes de la oferta de Pumas, cuando Navas viajó a principio de junio para disputar partidos de Eliminatorias y la Copa de Oro de la Concacaf. Esa vez el arquero se fue del barrio privado dónde vive con su mujer, sus hijos y muchas valijas. La adaptación escolar en Argentina fue un problema y la decisión fue regresar a Costa Rica. Había una oferta de Levante que no se concretó y otra de Estudiantes rechazada. Pero en la cabeza del arquero no estaba descartado emigrar.
Ahí apareció Pumas, con un interés concreto. Y para Navas pasó a ser su mejor opción. Cerca de su familia, en una liga competitiva como la argentina, y con el visto bueno del Piojo Herrera, DT de la selección de Costa Rica.
Navas regresó la semana pasada a Argentina en busca de resolver su salida de manera amistosa con Newell’s. El arquero sabe que hay un contrato que lo Liga a la Lepra hasta 2026 y reconoció públicamente que Newell’s le dio está chance de resurgir cuando estaba casi retirado. Por eso su idea es llegar a un acuerdo beneficioso para todos, algo que no parece sencillo
Newell’s pretende retenerlo, caso contrario hará pesar su vínculo contractual y exigir un dinero importante para liberarlo. Y la primera cifra que recibió Astore como propuesta no alcanzó. Pumas ofreció 1,5 millones de dólares limpios; la Lepra quiere al menos el doble de ese monto.
En el medio de esas charlas, Navas acordó con Fabbiani atajar, por eso viajó a Mendoza. Y al conocerse que no atajaba, aparecieron las suspicacias. El malestar estomacal de Navas fue real. Ni siquiera pudo salir del hotel. Y eso obligó a una improvisación que expuso el cuerpo técnico, ya que tuvo que atajar Barlasina pero Newell’s no había llevado otro arquero porque Navas iba a atajar. Benedetto, lesionado, firmó y se sentó en el banco para ver el partido de cerca, pero si pasaba algo con Barlasina, el arco lo iba a ocupar Ever Banega, algo que se charló camino al estadio.
«Después de un día terrible con vómitos y malestar estomacal, gracias a Dios se sacaron los tres puntos. Ahora a seguir las indicaciones de los médicos para estar bien lo antes posible. Gracias s todos por los mensajes de apoyo», escribió Navas en Instagram, para despejar algunas dudas.
Obviamente la victoria trajo alivio, mejoró los semblantes, e incluso puso la negociación de Astore con Navas en otra perspectiva. Pero nadie duda de la relevancia de Keylor para Newell’s y el presidente junto a Fabbiani aún intentarán convencerlo de quedarse hasta fin de año. Si eso no sucede, la Lepra se plantará firme en los 3 millones limpios de base o no lo dejará ir.
Si esto no se resuelve antes del domingo, habrá que ver qué decide Navas junto a Fabbiani. Otra descompostura estomacal ya no será creíble.