Netflix acaba de estrenar «Apocalipsis en los trópicos», de Petra Costa, sobre la alianza entre el ex presidente del Brasil y el siniestro Silas Malafaia, una sociedad que recuerda otras en el mundo.
-
La película «Lilo & Stitch» alcanzó los u$s1.000 millones en la taquilla mundial
-
Furor por la nueva película de Nolan: a un año de su estreno, las funciones de Imax de «La Odisea» se agotaron en minutos
Jair Bolsonaro en una de las escenas de «Apocalipsis en los trópicos».
Lo que cuenta “Apocalipsis en los trópicos”, que acaba de estrenarse en Netflix, pasó en Brasil, no hace mucho, y tiene resonancias actuales entre nosotros. Habla de la unión de Jair Messias Bolsonaro con un rico líder evangelista de ultraderecha, la influencia de ambos en aquel país, la difamación y la prepotencia como herramientas habituales y otros asuntos que hoy están modelando la vida y la política en el Cono Sur. Y es una película realmente bien hecha, de abundante información, tan perturbadora como entretenida y enriquecida con ilustraciones del Bosco, Brueghel, Rubens, también Fra Angelico, y delicias de Bach, Vivaldi, Hermeto Pascoal y Ary Barroso, entre otros. Detalle interesante: Brad Pitt es uno de sus productores ejecutivos.
Su autora, que conduce todo el relato con voz suave, se llama Petra Costa y fue candidata al Oscar por su película anterior, “Al filo de la democracia”, sobre el agitado ascenso de Bolsonaro al poder. Ahora repasa el paralelo ascenso del telepredicador Silas Malafaia y sus feligreses, su odio contagioso contra izquierdistas, indígenas, medioambientalistas, librepensadores e incluso contra las vacunas anti-covid. La lista de odios es todavía más larga. También las ganancias. Según la revista “Forbes”, Malafaia es uno de los predicadores más ricos de Brasil, lo que suena coherente para personas como él, que consideran la riqueza material como clara evidencia de la aprobación divina. Por supuesto, hay otros evangelistas más inclinados a lo espiritual, la tolerancia y el amor al prójimo, como el pastor Paulo Marcelo Schallenberg, que aparece en una escena. Lástima que sea una sola escena.
Petra Costa repasa los antecedentes: el predicador anticomunista Billy Graham en el Maracaná, el movimiento de misioneros norteamericanos The Family, también conocido como La Familia del Amor, el informe de Kissinger advirtiendo que la Iglesia Católica de Latinoamérica era muy poco confiable ( tiempos de la Teología de Liberación en favor de los pobres y monseñor Helder Cámara enfrentado al gobierno militar), hasta el paulatino crecimiento de iglesias evangélicas en el interior y representantes evangelistas en el Congreso y hasta en la Corte Suprema.
De un modo gracioso pero muy acertado, el propio Lula, de religión católica, explica las razones que llevan a ese crecimiento. De ritmo ágil y buen suspenso, la película de Costa repasa la campaña contra Lula y también contra Alexandre de Moraes, presidente de la Corte Suprema que permitió su candidatura, la breve despedida de Bolsonaro (“es un honor ser el líder de millones de brasileños que, como yo, creen en la libertad económica”, dijo en primer lugar, y tras breves palabras se fue sin reconocer la derrota, estilo Trump 2017) y el feroz intento de rebelión de los bolsonaristas invadiendo los edificios del Congreso y Tribunales, todo mostrado con imágenes de sus propios celulares.
Frente a los destrozos, la autora recuerda el valor de la democracia como forma suprema de generosidad, ya que implica la convivencia entre enemigos. Y en los créditos finales se oye una vieja canción de Nelson Cavaquinho, “Juizo Final”: “O Sol há de brilhar mais uma vez/ A luz há de chegar aos corações/ Do mal será queimada a semente/ O amor será eterno nuevamente// É o juízo final/ A história do bem e do mal/ Quero ter olhos pra ver/ A maldade desaparecer”. Pero es solo una canción.
“Apocalipsis en los trópicos” (Apocalipse nos trópicos, Brasil-EEUU-Dinamarca, 2024). Dir.: Petra Costa. Documental. Netflix.