La nueva temporada de La Voz Argentina vivió un momento emotivo e inesperado con la audición de Simón Rosell, un joven de Montes de Oca, Santa Fe, que subió al escenario con una propuesta original y cargada de identidad. La sorpresa no fue solo su interpretación: también reveló que es primo del histórico arquero de Boca, Roberto “Pato” Abbondanzieri, lo que generó asombro entre los coaches.
La audición comenzó con un clima de expectativa y tensión. Simón eligió interpretar Zamba para olvidar, con una versión poco convencional que no logró que ningún jurado girara su silla. Cuando llegó el momento de la devolución, Lali Espósito, notablemente incómoda por no haberlo elegido, se sinceró: “Fue tan original y experimental tu propuesta que me descolocó. Me quedé pensando si podía hacer algo con tu voz. Te pido disculpas, porque fue muy hermoso y osado”.
Antes de ese momento, Simón ya había desatado un pequeño revuelo al contar que era oriundo de Montes de Oca, dato que despertó el interés de Soledad Pastorutti. “¡Del pueblo del Pato Abbondanzieri!”, exclamó ella, conectando de inmediato. “Sí, es mi primo”, confirmó el participante, generando un instante de silencio y sorpresa en el estudio. “Mandale un beso”, respondió la Sole, con una mezcla de ternura y admiración.
Pese a no haber sido seleccionado, la audición de Simón dejó huella. Los jurados valoraron su autenticidad y su atrevimiento al renovar una pieza tradicional del folclore. Lali destacó que, aunque el inicio de la canción tuvo problemas de afinación, el final fue emocionante. Luck Ra, por su parte, elogió su crecimiento durante la presentación: “Fuiste ganando confianza. Eso se notó y se valora”.
Soledad, con experiencia en el género, le reconoció la búsqueda de una versión diferente: “El folclore necesita de propuestas como esta. Yo vengo de un estilo más clásico, pero celebro lo que hiciste. Lo que sí me faltó fue la emoción de la letra”. Ale Sergi, de Miranda!, también coincidió: “Si la canción duraba un minuto más, seguro me daba vuelta. Al principio fue confuso, el arreglo se impuso sobre lo emocional”.
Aunque la competencia no le sonrió esta vez, Simón se llevó el respeto del jurado, la emoción del público y el reconocimiento como un intérprete genuino. Su paso por el programa dejó en claro que el valor de una actuación no siempre se mide por el resultado, sino por el impacto que deja.
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