Decenas de miles de australianos marcharon en supuesta protesta por la situación en Gaza, aunque poco pareció importarles que pocas horas antes se difundió un video de un secuestrado por Hamas en condiciones infrahumanas.
Los radicales de la “Palestine Action Group”encontraron apoyo en muchos estúpidos útiles, que compran un discurso supuestamente humanitario pero que, en realidad, es absolutamente funcional a los terroristas de Hamas.
A pesar de los intentos del gobierno de Nueva Gales del Sur y de la policía de impedir la marcha por razones de seguridad y logística, la Corte Suprema del estado autorizó a último momento la movilización sobre una de las principales arterias de la ciudad.
Bajo el lema “Marcha por la Humanidad”, los manifestantes —entre ellos familias con niños, militantes de extrema izquierda y hasta el fundador de WikiLeaks, Julian Assange— portaban banderas palestinas, pancartas y cacerolas, en lo que pretendía ser un símbolo del hambre en Gaza.
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Sin embargo, no hubo ninguna mención ni condena a Hamás por retener y torturar rehenes israelíes ni por su responsabilidad directa en la catástrofe humanitaria del enclave.
La policía desplegó un operativo con cientos de agentes para evitar incidentes. En paralelo, otra manifestación de características similares tuvo lugar en Melbourne.
SILENCIO ANTE LOS CRÍMENES DE HAMAS
La protesta tuvo lugar menos de 24 horas después de que la familia de Evyatar David autorizara la publicación de un video en el que se ve al joven israelí prisionero en un túnel subterráneo de Gaza, claramente desnutrido y llevando un calendario improvisado con los días en cautiverio.
Sin embargo, ni los organizadores ni los manifestantes en Sídney hicieron mención alguna al caso del rehén, ni a los más de 120 secuestrados que siguen en manos del grupo terrorista desde el ataque del 7 de octubre.
Tampoco hubo reclamos por el uso sistemático de hospitales, escuelas y ambulancias por parte de Hamás como escudos humanos o plataformas de ataque.
CRECIENTE ANTISEMITISMO
El evento en Sídney no es un hecho aislado. En los últimos meses, Australia ha registrado un preocupante aumento de incidentes antisemitas. En Melbourne, varias escuelas y sinagogas han sido objeto de ataques vandálicos y amenazas. En Brisbane, pintadas antijudías aparecieron en instituciones comunitarias. Y en Sídney, líderes judíos han denunciado un incremento de discursos de odio, especialmente tras manifestaciones como la del domingo.
El Consejo Ejecutivo de la Comunidad Judía de Nueva Gales del Sur expresó su preocupación por la pasividad de las autoridades frente a estas expresiones públicas. “Marchar bajo banderas palestinas, coreando lemas de guerra y negándose a condenar el terrorismo, en el mismo momento en que el mundo ve a un joven israelí reducido a la piel y los huesos en manos de Hamás, no es libertad de expresión: es complicidad moral”, declaró un portavoz comunitario.