El Gobierno afrontará esta tarde una prueba de fuego rumbo a las elecciones; primero en la provincia de Buenos Aires -dentro de diez días- y luego en las nacionales de fines de octubre.
Se trata de la refinanciación de una verdadera pared de deuda -por un total de $13,7 billones, el equivalente a algo así como u$s10.000 millones-, para la cual ya se tomaron medidas.
Deuda en pesos: Luis Caputo afronta test clave, mientras sube tasas de interés
Será la última licitación antes de los trascendentales comicios bonaerenses.
Para que no vuelva a suceder de lo mismo que en las últimas dos licitaciones, esta vez, Luis Caputo actuó de manera preventiva: elevó los encajes bancarios hasta el 53,5%, con la anuencia de que les permitirá a las entidades financieras constituir parte de esos fondos con títulos de deuda de más de 60 días. Precisamente, son los que vencerán después de las elecciones legislativas a nivel nacional.
Las últimas operaciones de este tipo tuvieron un sabor amargo para Economía: buena parte del vencimiento no fue refinanciado por los inversores, lo que obligó al Tesoro a convocar a licitaciones fuera de agenda.
En aquellas operaciones, el Gobierno se vio en la obligación de subir la tasa de interés hasta niveles muy elevados, insoportables para el funcionamiento sano de la actividad económica.
Para tener una idea: la tasa de interés que cobran los bancos a las empresas por un descubierto de entre uno a siete días ya llegó al 86,9% anual, de acuerdo al relevamiento del Banco Central. Hace un mes, el promedio se encontraba 20 puntos abajo. Y en junio estaba más cerca del 35% anual, unos 50 puntos de diferencia.
Este sobrecosto financiero ya está afectando a la actividad económica.
Aun así, el presidente Javier Milei ya dejó trascender que seguirá elevando los encajes bancarios en caso de que crezca el riesgo de que haya pesos dando vueltas por el mercado.
Contener al dólar: el objetivo del programa económico
La estrategia oficial, sin dudas, es hacer lo necesario para que el tipo de cambio no se mueva de los niveles actuales.
Tras las últimas subas, la distancia entre el precio actual del dólar y el techo de la banda cambiaria quedó en tan solo 6,9 por ciento. Se trata de la menor distancia en un mes.
Ayer, la cotización mayorista finalizó en $1.356,50, un precio similar al del cierre del lunes.
El tipo de cambio, que había trepado a $1.370/$1.380 hacia finales de julio, luego tuvo una decidida tendencia bajista en medio de la racha alcista de las tasas de interés.
«Este programa es muy contractivo, donde la tasa de interés será la que tenga que ser» para que el dólar no se mueva, dice la economista Marina Dal Poggetto, directora de la consultora Eco Go.
En su último reporte a clientes, al que tuvo acceso iProfesional, Dal Poggeto dijo que la sobrerreacción y la volatilidad de tasas tiene al menos tres efectos sobre el esquema»:
- Aumenta la carga de intereses que paga el Tesoro y acorta peligrosamente los plazos de la deuda en un país que sigue sin acceso al crédito internacional y ya no tiene cepo.
- Pone un freno abrupto a la expansión del crédito, que venía siendo el principal driver de la economía, y mete más presión sobre la mora que ya habia empezado a subir en la cartera de los bancos.
- Dificulta el ajuste deflacionario de la economía en un contexto donde el freno observado en el nivel de actividad desde febrero empieza a afectar la recaudación. Sobre todo, cuando aumenta la presión para bajar la presión impositiva normativa y para subir el gasto en pos de recomponer las pérdidas de ingresos generadas.
El Gobierno sigue interviniendo el mercado de dólar futuro
Para evitar una mayor volatilidad en el mercado cambiario, el Gobierno viene acentuando la intervención en los futuros del dólar.
Durante la rueda de ayer, las cotizaciones de los dólares futuros cerraron estables, con una particularidad: tanto, que el precio de noviembre de 2025 quedó por arriba del techo de la banda. Cerró en $1.518; contra un techo que a esa altura debería estar en $1.510.
El volumen operado en futuro trepó ayer a u$s1.681 millones, según destacó el operador Gustavo Quintana.
Esta realidad marca la desconfianza en el mercado en medio de las turbulencias políticas.
En un contexto de mayores turbulencias en los mercados, el índice de riesgo país medido por el JP Morgan trepó hasta 829 puntos, el mayor nivel de los últimos cuatro meses.
El mayor nivel de incertidumbre se da en simultáneo con otras variables negativas: en apenas siete jornadas, el stock de fondos comunes de inversión se desplomó $3,1 billones, aproximadamente el 5% del total. La gran mayoría de esa caída se explicó por los rescates de parte de ahorristas, que en esta época preelectoral prefiere dolarizar sus inversiones.
De hecho, de los $3,1 billones de descenso en el stock de FCI, un total de $2,6 billones fueron de fondos de «money market», los más conservadores del mercado, que destinan las inversiones principalmente en plazos fijos.
Esta merma en las inversiones en pesos complican los planes del Gobierno, de tener un mercado lo más estable posible de cara a las elecciones en la provincia de Buenos Aires (dentro de dos semanas) y en las nacionales de octubre.